autor: www.lamochila.com.uy
García Lorca y otro, 1920
Muy joven viajo a Europa. Al estallar la guerra tenía 24 años y había llegado a Barcelona, luego de haber pasado brevemente por Génova, Milán y Paris.
Tenía graves problemas económicos y buscó ganarse la vida como ilustrador de revistas, para poder seguir pintando.
Pronto inició una serie de obras cargadas de dinamismo, y en 1917 realizó una exposición en Barcelona, junto a otro gran artista uruguayo, Torres García.
Al año siguiente realizó otra exposición, esta vez individual. Luego se radicó en Madrid, diseñó juguetes para una fábrica y trabajó como afichista, vestuarista y escenógrafo para una compañía de teatro.
En 1925 envió obras suyas a Paris con motivo de celebrarse allí la Exposición Internacional de Artes Decorativas, y obtuvo un reconocimiento por sus ilustraciones y estenografías.
Regresó a Montevideo en noviembre de 1928. Se encontraba muy enfermo, pero tenía muchos proyectos. Expresó: “Sueño con un arte popular nuestro, y utilizaré, para realizarlo, todos mis medio medios de pintor moderno”.
Ya había empezado a plasmar esa idea en sus “Estampas Montevideanas”. Allí parecían cobrar nueva vida los barrios de su ciudad, con humildes viviendas de altas puertas y balcones de hierro, con patios embaldosados, pero también con sus habitantes, cuyo carácter supo captar con fuerza y ternura a la vez. Lamentablemente, ese proyecto quedó inconcluso con el rápido avance de su enfermedad, que lo llevó a la muerte el 12 de febrero de 1929. Salvo por un grupo de intelectuales de la época, la obra de Barradas no fue valorada en nuestro país sino a partir de fines de la década del cincuenta.
Imágenes: www.mnav.gub.uy
Museo Nacional de Artes Visuales
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